miércoles, 22 de marzo de 2017

6 Factores que Motivan a tu Hijo/a la Hora de Estudiar

La Motivación lleva al éxito

1. Ayuda a tu hijo a mejorar sus técnicas de estudio

Una mala organización a la hora de administrar las tareas, así como, la utilización de técnicas de estudio inadecuadas o de ni siquiera utilizarlas, desmotiva, y por mucho tiempo que empleemos en trabajar la materia, nos costará mucho más llegar a nuestros objetivos. En cambio, un horario de tareas preestablecido, una rutina diaria y unas buenas técnicas de estudio que se amolden tanto a sus características personales, como a las características de la materia que estamos trabajando, nos puede ayudar a conseguir unos buenos resultados académicos.

Si el tiempo y el esfuerzo empleado no se corresponde con los resultados, inevitablemente nos desanimaremos desmotivándonos a la hora de estudiar. Para ello, es necesario un análisis exhaustivo de en qué empleamos el tiempo de estudio y cómo se podría mejorar el rendimiento; en definitiva, haceros consciente de en que se va el tiempo realmente. Para ello un consejo práctico es que durante unos días elabores un registro en el que aparezcan las horas y las tareas realizadas de lo que hace el niño todos los días.
Analizar sus acciones de un modo objetivo y realista os puede hacer conscientes de lo que se hace realmente y en qué se puede mejorar a la hora de aprovechar el tiempo y organizar las tareas.

2. El éxito motiva

En ocasiones los éxitos de nuestros hijos se corresponden a pequeños logros que poco a poco les van acercando a los objetivos finales, recuerda que no hay éxito pequeño ni insignificante y que los avances se deben de comparar con la evolución del propio niño a lo largo del tiempo y no con otros niños. Todo logro o éxito se debe de reconocer como tal y crear situaciones propicias para que se sigan sucediendo.
El éxito llama al éxito y fortalece la autoestima y la seguridad de nuestro hijo.

3. Proponte objetivos claros y útiles.

Establece con tu hijo objetivos concretos, bien definidos y alcanzables. Divide objetivos generales en otros más pequeños con plazos prestablecidos y que se vayan aproximando al objetivo final.

Por ejemplo, el objetivo general de tu hijo es: "Aprobar todas las asignaturas del curso", pero el objetivo parcial es "aprobar cada evaluación", el objetivo parcial de aprobar cada evaluación es "aprobar todos los controles que se realicen en cada evaluación", para aprobar los controles de debe de "llevar al día todas las materias de cada asignatura," para ellos de sebe de "estudiar unas horas preestablecidas a la semana cada materia" asegurándonos de que es un tiempo bien invertido y que se entiende y memoriza lo estudiado, por tanto el objetivo general nos lleva inevitablemente a la "rutina diaria de estudio" Para conseguir la rutina diaria de estudio debemos de realizar y llevar a cabo una "planificación" que incluya horarios, asignaturas y la realización de las tareas escolares.

De un modo más esquemático y en el orden contrario al ejemplo, enumeramos los objetivos por los que hay que comenzar, paso a paso hacia los más generales:

⇒Elaboración y planificación del horario de estudio y realización de las tareas escolares
⇒ Adquisición de una rutina diaria de estudio
⇒ Llevar al día toda la materia de cada asignatura
⇒Aprobar todos los controles que se realice en cada evaluación
⇒Aprobar cada evaluación
⇒Aprobar todas las asignaturas del curso.


No olvidéis que los objetivos han de ser realistas y adaptados a la situación personal de cada niño, en algunas ocasiones es difícil esperar que se vaya a aprobar todo el curso cuando existen problemas de base en algunas asignaturas, o el niño posee un trastorno del aprendizaje. Una visión realista y saber priorizar de un modo coherente lo que queremos conseguir, nos ayudará a la hora de establecer unos objetivos realistas con la situación que estamos viviendo.
Amoldarse a las circunstancias y ser flexibles nos ayudará a ser más realista y optimistas y por tanto a conseguir logros con mayor facilidad.

4. Tolerancia a la frustración.


El niño tarde o temprano aprenderá que en la vida a pesar del esfuerzo que hayamos empleado y unas altas expectativas, las cosas no siempre nos salen como las esperamos.
El desarrollo de la tolerancia a la frustración es madurez y no podemos dejar que esta situación desanime al niño, sino todo los contrario.

5. Autoestima


la autoestima a la hora del rendimiento académico es algo fundamental, como se perciba y valore a él mismo a la hora de estudiar determinará el éxito en su vida de estudiante, por ello es importante que tu hijo conceda importancia al concepto que tiene de si mismo. Una cosa es lo que somos y otra como nos percibimos o valoramos. La imagen que tenemos de nosotros mismos, influye en nuestra conducta, la motivación hacia el estudio será mayor o menor según el concepto que tenga de su capacidad, de nuestros hábitos de aprendizaje y de la posibilidad de mejorar.

Corrige las distorsiones de su autoconcepto. En ocasiones, por unas pocas experiencias, los niños se creen peores de lo que en realidad son, piensan que no son capaces de conseguir sus objetivos.
Les debemos hacer conscientes de todo lo positivo que tienen, no solo en relación con los estudios. Conviene sustituir algunas evaluaciones que hacen de ellos mismos, por ejemplo: “no sirvo para estudiar”, “soy inconstante” por “voy a demostrarme a mí y a todo el mundo que puedo aprobar esta asignatura”; “se que si me lo propongo, voy a aprobar este examen”

 Les debemos hacer conscientes de todo lo positivo que tienen, no solo en relación con los estudios.

6. Motivación intrínseca

Intenta que los motivos del estudio sean intrínsecos; la verdadera motivación es la que viene de dentro, es decir, cuando lo que estudiamos nos interesa tanto, que no necesitamos un refuerzo o castigo exterior para estudiar y el interés también se puede aprender y reforzar. Pero en niños pequeños es difícil de conseguir por motivos evolutivos, ellos reaccionan mejor a la motivación extrínseca (refuerzo positivo externo, como por ejemplo, un regalo a fin de curso por aprobar todas las asignaturas) esto es totalmente normal y con el tiempo la motivación intrínseca cobrará mayor importancia respecto a la extrínseca, pero siempre coexistirán juntas.

Hay muchas maneras de que el interés por cierta asignatura sea por el simple hecho de aprender sin necesidad de recompensa externa, obviamente no podremos conseguir esto en todas la materias, dependerá de los gustos personales de cada niño, para ello has de averiguar que es lo que más le interesa, o ayudarle a que él/ella mismo/a lo averigüe y profundizar de un modo lúdico y práctico en la materia elegida. En la actualidad disponemos de muchas fuentes de información muy válidas que nos pueden proporcionar infinidad de conocimientos sobre ciertos temas tanto a padres como a hijos, esto nos brinda la posibilidad de poder investigar con él o ella y explorar juntos el mundo que os rodea. No tienes por que ser un experto en la materia elegida , por ejemplo si le gustan las ciencias naturales puedes proporcionarle un microscopio o un telescopio y utilizarlos juntos, realizar con él una colección de minerales o simplemente una salida al campo, seguro que resulta en gran aliciente para ti y tu hijo/a y la próxima vez que estudie lo que habéis experimentado juntos, puede que lo vea de otro modo.
Investigar sobre las diferentes materias del colegio con tu hijo puede ser una actividad enriquecedora para aumentar el conocimiento del niño y reforzar vuestra relación,
Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Artículos Destacados

Con la tecnología de Blogger.

Seguidores